Todos lo hemos oído desde pequeños, «Pórtate bien o los Reyes te traerán carbón«. Pero, ¿sabemos realmente de dónde viene este hecho? ¿Sabemos la razón por la que los Reyes Magos dejan carbón a aquellos que no se portan bien?

AQUÍ vas a poder descubrir el motivo por el que los Reyes les llevan carbón a los niños malos. Una historia curiosa que, seguro, te encantará contar en las cenas y comidas de Navidad.

Aunque hoy en día son muchos los hogares en los que los Magos dejan carbón dulce o carbón de Reyes, la realidad es que ese acto es una broma que sus Majestades les gastan a los pequeños de hoy en día.

Aquellos que realmente no merecen sus regalos, son «agasajados» con carbón de verdad. Con ese que no se come. Con ese que deja las manos negras como buen carbón que es.

¿Por qué se les deja carbón a los niños que no se portan bien?

Año tras años los niños escriben la carta a los Reyes Magos con la mayor ilusión del mundo. En ella detallan todo aquello que quieren y les dicen lo bien que se han portado.

Pero los Magos, que todo lo ven, no se dejan llevar por una carta bien intencionada y no dudan en dejar carbón a aquellos niños que se han portado mal durante el año y, más aún, a aquellos que han intentado engañarles en sus cartas.

El carbón se deja desde que el tiempo es tiempo, a aquellos pequeños que indica Carbonilla, paje real sus majestades.

Carbonilla es el paje encargado de vigilar el comportamiento de los pequeños y de leer sus cartas. La leyenda dice que, al hacerlo podía, detectar si el comportamiento del que hablaban los niños en sus cartas era real o no y, de no serlo, en lugar de juguetes y bonitos regalos, les dejaban carbón a modo de escarmiento y corrección.

¿Por qué carbón?

Pero, ¿por qué carbón y no otro mineral u otro material? Pues para responder a esto hay que seguir varias vertienes.

Una habla de que este material ya era utilizado por otras figuras que reparten regalos en Navidad, como San Nicolás (Papá Noel) o el Olentzero. Se trata de un material económico, abundante y poco pesado, lo que permite a estos personajes llevar grandes cantidades de carbón sin mucho esfuerzo.

Otra de estas vertientes habla de que los Reyes llevan carbón a aquellos que no se portan bien, en recuerdo de los «desechos» que dejan los presentes que sus Majestades llevaron a Cristo recién nacido.

Tanto el oro, como el incienso, como la mirra, cuando se queman o cuando se fabrican, dejan como restos carbón.

Los que siguen esta premisa proclaman que a los niños que se no se portan como deben, los Reyes les dejan las «sobras» de los regalos de verdad, o sea, el carbón que queda cuando ya no hay regalo.