La Navidad puede tener muchos efectos positivos en la infancia, ya que es una época del año llena de emociones, tradiciones y valores que pueden influir en el desarrollo emocional y social de los niños.
Cuando nos hacemos mayores, la mayoría guardamos en nuestra memoria recuerdos de Navidades en la infancia llenas de emoción, de ilusión, de encuentros con la familia, de momentos especiales, de sorpresas inesperadas, y de mucha magia.
Veamos algunos de los valores positivos que puede generar la Navidad en los niños, y en los no tan niños.
- Fomenta la ilusión y la creatividad: La Navidad es una época mágica para los niños, llena de ilusión y creatividad. Los niños pueden participar en la decoración del árbol, la elaboración de manualidades navideñas, la escritura de cartas a Papá Noel o los Reyes Magos, entre otras actividades, lo que fomenta su imaginación y creatividad.
- Favorece el desarrollo de valores: La Navidad es una época en la que se fomentan valores como la generosidad, la solidaridad, el respeto y la tolerancia. Los niños pueden aprender a compartir con los demás, a ayudar a los que lo necesitan y a valorar las diferencias culturales y religiosas.
- Refuerza los vínculos familiares: La Navidad es una época en la que se celebra en familia, lo que puede reforzar los vínculos afectivos entre los miembros de la familia. Los niños pueden sentirse más unidos y protegidos al compartir momentos especiales con sus padres, abuelos y hermanos.
- Promueve la empatía y la sensibilidad: La Navidad es una época en la que se fomenta la empatía y la sensibilidad hacia los demás, especialmente hacia los que más lo necesitan. Los niños pueden aprender a ponerse en el lugar de los demás, a valorar las necesidades de los demás y a buscar maneras de ayudar.
- Fomenta la alegría y la felicidad: La Navidad es una época de alegría y felicidad, y los niños pueden sentirse más contentos y entusiasmados con la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos, los regalos, las luces y la música navideña.
Lo ideal sería exportar todas estas buenas prácticas al resto de los días del año, y hacer así de la infancia una lanzadera para la construcción de valores y lazos familiares y de familia inquebrantables que, a su vez, hagan de los adultos del futuro un fuerte de emociones y de capacidades.
Los valores de la Navidad para con la infancia no tienen por qué estar vinculados a la doctrina católica. Son valores positivos universales que debemos intentar que sean extrapolables a todos, en todas las épocas.