Cuando uno tiene una web como esta, la mayoría de las veces escribe sobre cosas que conoce a la perfección y por ello las comparte con el resto del mundo.
Otras, como es el caso de la historia de La naranja de Navidad, son grandes desconocidas hasta que, no sabes muy bien cómo, te topas con ellas de repente.
Compartir con todos la historia de La naranja de Navidad es un placer, dada la hermosura de la misma y el desconocimiento que hay de ella.
No sabemos cómo es posible que siendo La naranja de Navidad un ejemplo del espíritu navideño es una gran desconocida para el público en general. Público entre el que, tenemos que admitirlo, nos encontrábamos hasta hace bien poco.
La naranja de Navidad. Historia
La historia de La naranja de Navidad dice algo así:
Había una vez una niña que perdió a sus padres y, por ello, terminó en un orfanato de Dinamarca.
Cuando la Navidad se iba acercando, el resto de niños del orfanato contó a la pequeña que la noche de Nochebuena aparecía en el salón, al lado de las escaleras, un enorme árbol de Navidad.
Después del desayuno, a cada uno de los huérfanos se le daría un regalo de Navidad: una pequeña y deliciosa naranja.
Pero al director del orfanato no le gustaba la Navidad y por ello no quería que los niños molestaran durante la colocación del árbol.
Para evitar entorpecimiento por parte de los niños, les tenía prohibido acercarse al lugar donde se montaba, e incluso les tenía prohibido incluso mirar como se montaba. Si alguno de los niños miraba, se quedaría, inmediatamente, sin su preciada naranja.
Hoy todo el mundo sabe que lo peor que se le puede hacer a un niño es prohibirle algo, pues la curiosidad será aún mayor. Y eso fue lo que le pasó a la pequeña. Se acercó a las escaleras a ver cómo montaban el árbol y fue descubierta por el director.
Este, muy enfadado, mandó a la niña a su cama y le dijo que al día siguiente todos recibirían una naranja como regalo, menos ella.
La pequeña volvió a su habitación con el corazón roto y no paró de llorar en toda la noche, por lo que a la mañana siguiente ni siquiera quiso bajar a desayunar. Además, no tenía fuerza para ver cómo el resto de sus compañeros recibían su regalo y ella no.
Todos los niños bajaron al desayuno y recibieron allí su preciada naranja. A la vuelta le llevaron a la niña una servilleta.
Al abrirla, para sorpresa de la pequeña, había en su interior una naranja pelada y cortada en gajos… ¿Cómo podía ser aquello? Preguntó la pequeña mirando a sus compañeros.
La realidad fue tan inesperada para la pequeña como hermosa. Cada uno de sus compañeros había metido en la servilleta, un gajo de su propia naranja, para que la pequeña nueva no se quedará sin su regalo. Si querida naranja de Navidad.
Mensaje del cuento La naranja de Navidad
Hoy en día, en muchos lugares del mundo, en el calcetín de Papá Noel se mete una naranja. No sabemos si evoca a esta historia o si, por el contrario, nos llega desde San Nicolás. O si es unión de ambas historias. O si la de la pequeña es real y fue una forma de emular las monedas de oro que San Nicolás metía en los calcetines.
Lo que sí sabemos es que estamos delante de una historia que debe hacernos reflexionar. Una historia de compañerismo, de caridad. Una historia de amor y cariño que es, sin duda, el verdadero significado de la Navidad. Ese que debería inundarnos a todos, no sólo en época navideña, también el resto del año.