En el norte español hay una leyenda que habla de la existencia de las Anjanas que habitan bosques, ríos y fuentes, pues necesitan agua a su alrededor.
Cantabría y Asturias son las regiones que tienen la suerte de poder contar la historia de las Anjanas y disfrutar de su presencia. Pero no lo hacen de la misma forma.
Para conocer las diferencias y las similitudes de las Anjanas asturianas y cántabras sólo has de seguir leyendo.
Aquí vas a conocer de forma rápida y concisa, quiénes son las Anjanas, cómo son y, sobre todo, qué tienen que ver con la Navidad.
Leyenda de las Anjanas
Bajo el nombre de Anjanas es como se conocían a las hechiceras en la Edad Media. Se trata de un personaje fantástico con largas trenzas doradas y adornadas con guirnaldas de flores silvestres en el pelo.
En su mano las Anjanas llevan una vara de fresno, espino o una pica dorada, para hacer sus encantamientos golpeando con ella la tierra, el agua u otros objetos.
Su piel es blanquísima y su mirada amorosa y serena. Su belleza es grande y pueden transformarse en animales como caballos, vacas o cabras, árboles e incluso objetos inanimados.
En Asturia, las Anjanas son consideradas como hadas o ninfas y forman una parte importante de la tradición y el folclore asturiano.
Las Anjanas y la Navidad
Mientras parece que en Asturias las Anjanas moran por los bosques durante todo el año, en Cantabria es en la Navidad cuando las Anjanas estas toman su principal papel (aunque también viven en el bosque y en él se las puede llegar a ver y/o a sentir).
Y es que cada cuatro años, la noche del 5 al 6 de enero son las encargadas de llevar regalos a las casas cántabras. Pero no a todas las casas, sólo a aquellas donde hay niños y su nivel adquisitivo es bajo.
De nuevo, las Anjanas cántabras son hadas que viven en los bosques. Son de pequeño tamaño, tienen el pelo largo y rubio y, como las asturianas, se adornan con flores, pero en este caso, con flores mágicas.
Cuando se aparecen se ven rodeadas de un gran resplandor y viven en cuevas cerca de los ríos a los que cuidan y ayudan a aquellos que se pierden en los bosques y castigan a los que los dañan.
Para ayudar a los perdidos, llevan siempre encima una botellita de néctar curativo.
Cantabria. Traen regalos la noche entre el 5 y el 6 de enero (cada cuatro años). Las Anjanas son las hadas de los bosques de la tradición cántabra. Son pequeñas, tienen el pelo largo y rubio adornado con una corona de flores mágicas y suelen aparecer rodeadas de un resplandor. Viven en cuevas cerca de los ríos, que cuidan, y ayudan a quien se pierde en el bosque y castigan a quien lo daña. Llevan siempre botellitas de néctar curativo. En la tradición salían de su refugio entre mayo y octubre, cuando volvían a esconderse no sin dejar flores de plata de su corona en matorrales y arbustos, para hacer felices a quienes las encontraran.
Cada cuatro años, una de ella (o varias, según la versión de la historia) visita algunos pueblos del interior de Cantabria la noche de Reyes para dejar regalos a los niños de familias pobres.